CONOCIMIENTO COLECTIVO: DE LA REFLEXIÓN A LA ACCIÓN

 


Artículo original publicado en Catalán el 20/03/2023

En el presente texto, quiero compartir algunas ideas y propuestas interrelacionadas entre la construcción de conocimiento colectivo, la gobernanza democrática, estructuras organizativas y la transformación "real".

Por conocimiento colectivo, podemos referirnos al resultado de poner en diálogo, posteriormente ordenar y sistematizar, diferentes tipos de personas que poseen diversos conocimientos con la voluntad de buscar una respuesta o solución a algún desafío o dificultad.

A nivel teórico, podemos encontrar muchas definiciones de lo que es el conocimiento y qué tipos existen, pero me ha gustado la definición hecha por Joaquín Gairín (2015), quien dice que el conocimiento es "la mochila" que cada uno de nosotros lleva consigo. Como consecuencia de nuestras percepciones, experiencias educativas y vivencias, acumulamos conceptos, ideas, sentimientos, frustraciones, puntos de vista, etc., que explican muchas veces lo que decimos o no decimos, lo que defendemos simplemente comentamos o hacemos.

Así que, si queremos promover la construcción de conocimiento colectivo, será imprescindible tener presente que las personas poseemos muchos tipos de conocimientos, no solo aquellos que se presuponen vinculados a un título académico, en caso de tenerlo.

Esta es una base importante del conocimiento colectivo: reconocer la importancia de los diferentes conocimientos que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida. En este reconocimiento está implícito el reconocimiento de cada una de las personas que forman parte de un determinado grupo o equipo. Si las personas del equipo no parten de este reconocimiento, será muy difícil avanzar hacia la verdadera construcción de conocimiento colectivo.

Por otro lado, además del reconocimiento de las personas y conocimientos que forman parte de un determinado grupo de trabajo para fomentar la construcción de conocimiento colectivo en modelos de gestión o de gobernanza democrática, es importante que estén representadas y escuchadas todas las voces de los diferentes agentes o grupos de interés. Generaremos conocimiento colectivo en modelos de gobernanza democrática cuando las diferentes voces participen en la búsqueda de soluciones a algún desafío, necesidad o dificultad y, al mismo tiempo, reconozcan la contribución de los diferentes conocimientos que aportará cada voz en el seno del grupo.

Será importante que cada voz aporte al grupo "su voz". Con esta frase tan sencilla, lo que quiero enfatizar es que cuando creamos equipos de trabajo en los que hay diferentes voces, es necesario, para una buena contribución al propio grupo, que cada voz/agente/persona aporte realmente su punto de vista, experiencia, conocimiento, interpretación de lo que se está hablando, aunque a veces pueda parecer que una determinada aportación está demasiado alejada de lo que se habla. Cada aportación ayuda a contrarrestar y a reposicionar al grupo hacia "la voz de todos", por encima de la individual de alguien o algunos.

Conocimiento colectivo, pero no solo es debatir, hablar diferentes personas, voces o conocimientos. Como apunta J. Gairín, si se juntan varias personas a debatir sobre un desafío y no documentan nada, se queda como una simple conversación. Es necesario que se registre lo que se ha hablado y se ordene en función de lo comentado: datos, ideas, experiencias, referencias... de esta manera, pasaremos de ideas individuales a ideas colectivas y ordenadas. Por eso será necesario utilizar alguna metodología concreta.

Tal como he escrito en otras reflexiones, las estructuras organizativas no son neutrales respecto al conocimiento que se genera en una determinada organización o ecosistema. Organizaciones diseñadas con estructuras de gestión basadas en gobernanza democrática deberían ser organizaciones que, reforzadas por metodologías de creación y gestión de conocimiento colectivo, faciliten aflorar este tipo de conocimiento.

Por último, quiero poner el foco en cuál es la voluntad de promover conocimiento colectivo, estructuras organizativas basadas en gobernanza democrática, modelos de gestión participativa... detrás hay una voluntad de transformar realidades. Pasar a hacer cosas diferentes a las que estamos haciendo. Así que, no debemos perder de vista que, si realmente queremos transformar, no podemos quedarnos en las ideas, palabras y reflexiones. Debemos pasar a acciones, por pequeñas que sean. Transformar la realidad, haciendo, llevando a cabo acciones concretas.

Y ¿cómo podemos hacerlo? Creo que hay dos aspectos importantes: por una parte, debemos estar atentos a concretar acciones resultantes del conocimiento generado que se puedan implementar, llevar a cabo. Y por otro, será importante que en los equipos también estén aquellas personas/voces que son las que "están en la realidad" y, por tanto, serán las que ejerzan el rol de arraigar a tierra para transformar, el conocimiento colectivo generado.

Podríamos decir que, si realmente queremos transformar, debemos soñar en grande, pero actuar en pequeño.

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GAIRÍN SALLÁN, Joaquín. (2015). Promover y gestionar el conocimiento colectivo para mejorar la cultura y la práctica de la seguridad en educación. Cuadernos de estrategia, (172), 59-84.


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